3/9/08

Conocimiento, Territorio y Proyectos

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Conocimiento, Territorio y Proyectos

1. Conocimiento y territorio como categorías de la Ciencia.

Existen tres momentos de desarrollo de las representaciones de la realidad en nuestro pensamiento: como ideas, como conceptos y como categorías.

Cuando los pensamientos son categorías, se tienen las representaciones mas precisas de la realidad, pues son producto de un trabajo colectivo, acumulado por generaciones, que nos dan una percepción estructurada, relacionada, sistematizada y por lo tanto coherente de la realidad. Cuando conocemos científicamente, conocemos por medio de categorías.

Cuando conocemos solamente por medio de ideas nos desenvolvemos en el mundo del conocimiento corriente, cotidiano, muchas interpretaciones de la realidad están basadas en el sentido común, y el conocimiento también es común.

En teoría del conocimiento se diferencia entre conocimiento común y conocimiento científico. El conocimiento científico tiene la finalidad de descubrir las causas y efectos de las cosas y por ende sus relaciones con otras cosas, la relación entre la apariencia y la esencia y las leyes que regulan el cambio de las cosas por la vía de transformaciones graduales o radicales. En el conocimiento científico predomina la explicación CAUSAL de las cosas en tanto que en el conocimiento común predomina la explicación CASUAL del porqué de las cosas.

Toda persona percibe la realidad inicialmente por medio de ideas y gradualmente convierte las ideas en conceptos más o menos elaborados que intentan explicar el porqué de las cosas, pero no toda persona tiene un conocimiento científico que implica la aprehensión de la realidad por medio de categorías que son las ideas más precisas y por tanto más universales del conocimiento. Las categorías son ideas sistemáticamente construidas a lo largo de la historia, por las mentes más evolucionadas de la época, y que expresan la más acabada explicación coherente y estructurada que el ser humano tiene de una realidad.

Conocimiento y territorio, son categorías de la Ciencia.

El conocimiento puede examinarse como una categoría de una rama de la Filosofía, la epistemología; en griego, episteme significa conocimiento y logos, tratado.

La epistemología es la ciencia del conocimiento, estudia cómo se genera, desarrolla y relaciona el conocimiento humano, algunos sostienen que la epistemología es la ciencia de la ciencia, porque su campo principal lo constituye el estudio del conocimiento científico.

Territorio es la categoría central de la Geografia, que es la ciencia que estudia la tierra en general, es decir que la Geografía estudia los procesos que originaron, cambiaron y repercutieron en la tierra. Geo, significa tierra y grafos, descripción en las acepciones etimológicas griegas.

Para iniciar una exposición aplicada que establezca los nexos entre las categorías conocimiento y territorio, es necesario tener como referencia el diagrama que presentamos a continuación, al que nosotros denominamos geosociograma, por tratarse de una diagramación de diferentes relaciones sociales vinculadas al conocimiento del territorio (...) aplicable a situaciones similares, tanto en países periféricos como los nuestros o en países centrales.




2. Propósito de la gestión del conocimiento territorial: resolución de problemas económicos y sociales por la vía de creación de proyectos emprendedores congruentes con la sostenibilidad del territorio..

Todo conocimiento tiene el propósito de resolver problemas. Los problemas del ser humano son ancestrales y tienen base en las necesidades biológicas o materiales: alimentarse, desarrollarse, crecer y reproducirse, habitar, mantener y mejorar las condiciones de su supervivencia y morir.

La relación ancestral entre el ser humano y su medio natural ha modificado en todo un proceso histórico a las dos partes que intervienen: el ser humano transforma el territorio y el territorio transforma al ser humano, desarrollándose un proceso de interacción de fuerzas centrífugas y centrípetas, de afuera hacia adentro y de dentro hacia fuera entre territorio y sociedad.

La interacción entre territorio y sociedad, tiene en el conocimiento un factor central, porque por medio del conocimiento el ser humano ha transformado concientemente la realidad territorial, creando teorías, métodos, procedimientos, técnicas, herramientas e instrumentos para generar bienes y servicios. Se ha creado como parte del conocimiento humano la Ciencia y la Ideología como sistemas coherentes de teorías para descubrir la verdad la primera y para defender intereses económicos y políticos la segunda.

La tierra ha sido modificada, la geografía del planeta, local, regional y global, ha sido transformada por la acción humana. Y en contrapartida los recursos de la naturaleza y el territorio, se han deteriorado, se han agotado y extinguido en algunos casos; por ello, el ser humano intenta en la actualidad, racionalizar en lo posible el uso del territorio y la explotación de sus recursos. Se ha asistido como dice el economista Schumpeter, a un proceso de “destrucción creadora” de bienes y servicios.

Todo conocimiento tiene una finalidad. No existe el conocimiento por el conocimiento mismo. La finalidad central del conocimiento es la generación emprendedora de bienes y servicios y condiciones económicas, sociales, políticas y culturales que satisfacen las necesidades humanas, vale decir, que el objetivo del conocimiento es la creación incesante de riqueza social.

La creación de riqueza social consiste en la ampliación e intensificación de la capacidad emprendedora de la producción y distribución de bienes y servicios que elevan la calidad y la cantidad de personas que tienen mayores y mejores satisfactores de necesidades y condiciones de existencia humana en términos físicos, psicológicos e intelectuales.
El ser humano ha luchado a lo largo de toda su existencia por remontar las brechas entre la extensa pobreza en que vive la mayor parte de la población y la riqueza social de una reducida minoría de la población.

Tanto para la generación de bienes y servicios por la vía de la explotación de los recursos naturales y territoriales, como para la transformación por la vía del cambio de sistemas sociales que explotan al ser humano, el conocimiento emprendedor ha sido un elemento central.

El conocimiento tiene la finalidad de contribuir a generar una mayor y mejor riqueza social materializada en bienes y servicios más abundantes y de mejor calidad pero al mismo tiempo, el conocimiento puede y debe contribuir a que dicha generación de riqueza social se realice en términos que no atenten contra el mismo ser humano y las futuras generaciones, que conserven e incluso, que mejoren la naturaleza y el territorio y que disminuyan la exclusión social y la pobreza. Es el concepto de reciente elaboración de “desarrollo sostenible”.

El conocimiento, en consecuencia, conlleva implícitas las preocupaciones y problemas del ser humano, la lucha con la naturaleza, la sociedad y con las formas y posiciones del pensamiento social, especialmente las relacionadas con la producción y la distribución de la riqueza y la satisfacción e insatisfacción de necesidades sociales; por ello la acción generadora del conocimiento nace de la contradicción entre la realidad existente y la realidad posible, entre lo que se tiene y lo que se espera tener, entre las necesidades abundantes y los escasos bienes o servicios que las satisfacen, entre la ignorancia y el saber, entre la riqueza y la pobreza.

El conocimiento nace de la contradicción entre la ignorancia y el saber; se presenta como frustración entre objetivos y realidades que origina la ignorancia y el deseo de conocer las cosas para transformarlas y la adquisición del conocimiento se asume simplemente como una necesidad, a veces como un reto, como un desafío, que implica que individual o colectivamente se tengan diversas actitudes o motivaciones para desarrollar sostenidos esfuerzos competitivos para conocer y transformar, en este caso el territorio.

El territorio es como toda realidad, integral.

Los sistemas naturales, sociales y del conocimiento territoriales forman un todo indivisible en términos reales, pero divisible en partes para efectos del conocimiento y la acción humana.

El territorio como una categoría o unidad del conocimiento puede fragmentarse en principio, en tres dimensiones: geonatural, geosocial y geoepistemológica.

Vale decir el territorio puede estudiarse y trabajarse como realidad de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento.

En la dimensión geográfica natural se hacen referencias al territorio en términos físicos, geológicos, geográficos naturales, biológicos, ecológicos; en la dimensión social se analiza el territorio en términos demográficos, económicos, antropológicos, arqueológicos, sociológicos, geográficos humanos, políticos; en la dimensión de la teoría del conocimiento se analizan los procesos del pensamiento relacionados con el territorio, la relación entre las ciencias que estudian el territorio.


La globalización, entendida como un fase del desarrollo capitalista, ha generado nuevas realidades y nuevos conceptos como desarrollo local, regional o global en cuyo contexto cobran nuevos contenidos los términos de municipio, departamento o territorio nacional. Al diferenciar estas dimensiones se percibe que no es lo mismo lo local que lo municipal, y que lo departamental no es lo regional y que lo nacional no es lo global pero que están interrelacionados y unificados en un proceso único de desarrollo territorial.

Cabe insistir en que la geografía como toda ciencia, se relaciona con otras, en algunos casos, esta relación da origen a otras ciencias.

De manera que la geografía tiene, a su vez, como se dijo antes, tres dimensiones básicas:

cuando se relaciona con las ciencias naturales, tenemos la geografía natural, a la que también se la llama geografía física

y cuando se relaciona con las ciencias sociales tenemos la geografía social, a la que también se le denomina geografía humana.

Y cuando se relaciona con los procesos del conocimiento o del pensamiento en general, tenemos la geoepistemología.

La geodesia, geofísica, geología, geoeconomía, geopolítica, geosociología, son aplicaciones de la geografía con relativamente alto grado de desarrollo que posibilitan en algunos casos, caracterizarlas como ciencias independientes de la geografía general.

3. La socialización del conocimiento

Desde la perspectiva de la sociología de la comunicación, el conocimiento que no se transmite, que no se explicita, no logra el propósito para el que fue creado.

Para que cumpla su función en la sociedad el conocimiento debe ser explícito, transmitirse y socializarse; de esta manera la fuerza mental se materializa en fuerza físico social canalizando la voluntad y la acción humana hacia un determinado propósito.

La socialización es un proceso por medio del cual se desarrolla una interacción individual y/o colectiva entre seres humanos a través de la cual se intercambian, se exteriorizan e interiorizan conocimientos, conductas y valores.

Por definición amplia, todo conocimiento ha sido explícito. Se ha acumulado y explicitado a lo largo de un proceso histórico de descubrimientos de la realidad. Es producto de la práctica de la sociedad en su conjunto aunque en partes y momentos sea producido o se apropie del conocimiento un individuo, una empresa en forma de patentes, o una entidad cualquiera. Por definición estricta el conocimiento individualizado es un conocimiento implícito, toda persona o entidad tiene conocimientos que pueden ser socializados o no dependiendo de circunstancias e intereses.
La socialización del conocimiento es un concepto más amplio, incluyente del concepto de transmisión del conocimiento.

Cuando el conocimiento se socializa, se intenta desarrollar un proceso comunicación de un ente transmisor a un ente receptor del mensaje, pero al mismo tiempo se inicia un proceso interrelacionado de enseñanza-aprendizaje (quien enseña aprende y quien aprende enseña), de exteriorización-interiorización que finaliza en la aprehensión, asimilación conciente de cultura. Enseñar aprendiendo y aprender enseñando es el contenido de la metodología participativa en la construcción social de la realidad.

Un momento culminante de la administración del conocimiento es la creación del conocimiento; no es lo mismo transmitir que crear conocimiento.

La creación de nuevas formas y contenidos sistemáticos para examinar y tratar los fenómenos territoriales es un trabajo difícil, que implica la concentración de esfuerzos teóricos y prácticos para descubrir en la realidad total del territorio, sus formas y contenidos cambiantes y nuevos, de manera que, valga la aparente redundancia, en lo novedoso de la realidad territorial se basa la posibilidad de la creación del nuevo conocimiento del territorio.

4. Fuentes del conocimiento

Existen dos fuentes del conocimiento que no son excluyentes sino incluyentes: la teoría y la práctica. El conocimiento teórico, cuando es científico, proviene de la elaboración acumulada de los más profundos pensamientos prácticos, elevados a su forma de categorías y teorías.

La teoría científica es, podría decirse, la experiencia social expresada en forma de pensamientos coherentes y sistemáticos. El pensamiento científico explica estructuradamente la causa de las cosas.

Históricamente el conocimiento tiene su principal fuente en la práctica, en la experiencia. El ser humano tiene su primer contacto con la realidad de la cual emergen sus formas de pensar que se vuelven una sola sustancia con sus formas de actuar.

En nuestra concepción, por ser la experiencia, el primer momento y fuente del pensamiento, al conocimiento que se deriva de ella, le llamamos conocimiento “a priori”; probablemente contradiciendo la acepción clásica que considera como “a priori” al conocimiento que proviene de la mente, del espíritu, de la revelación. Nosotros al conocimiento que se deriva de la teoría, de la reflexión sistemática, le llamamos conocimiento “a posteriori”, pues es el conocimiento que aparece después de haber tenido la experiencia.

La diferencia entre conocimiento “a priori” y “a posteriori” debe considerarse en términos históricos. Es decir, desde la perspectiva histórica el ser humano primero experimentó y después pensó y escribió, el ser humano adquirió, en esta forma de observar el proceso, primero el conocimiento a partir de su experiencia, a priori. El conocimiento científico “a posteriori” proviene de la reflexión sobre las experiencias y otros conocimientos pasados, transmitidos oralmente y por escrito; es el conocimiento que se utiliza constantemente en la transformación conciente de la realidad, generando nuevos ciclos de experiencias y conocimientos.

En el proceso del conocimiento, no de puede ni se debe discriminar ninguna de las fuentes del conocimiento, las dos son determinantes. Para que el conocimiento sea integral y no fragmentado, se debe conocer por las dos fuentes: por la práctica o experiencia y por la teoría o la academia. Si se vuelve unilateral la fuente del conocimiento, se abre la posibilidad de cometer errores en la apreciación de los fenómenos: la deformación practicista, que considera la práctica como la fuente única del conocimiento genera tendencia a inducir y a generalizar equívocamente a partir de una experiencia limitada y la deformación teoricista, que considera la teoría como la esencia del conocimiento, genera tendencia a deducir y a particularizar erróneamente partiendo de una teoría limitada.

Todo conocimiento, como se dijo, tiene una finalidad transformadora. El ser humano conoce para cambiar la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.

El ser humano se nutre del conocimiento pasado, por ello es importante el estudio de la historia. Todo conocimiento presente tiene su pasado; al conocimiento pasado y acumulado se le denomina también conocimiento tácito. El conocimiento pasado sirve de base para desarrollar y adquirir nuevos conocimientos y experiencias. El ser humano crea, con los avances de la Ciencia, fenómenos nuevos voluntaria e involuntariamente, como la clonación o como el agujero de la capa de ozono en la atmósfera.

El ser humano siempre inicia con un conocimiento que socializa en grupos primarios como la familia y en grupos secundarios como la escuela. Interioriza conocimientos por la interacción cognoscitiva generacional. Y ese conocimiento en su desarrollo es de dos tipos: corriente y científico.

5. La planificación y los proyectos

El ser humano es el único ser que tiene la capacidad de proyectar en su cerebro las cosas, fenómenos, procesos o acciones antes de que ocurran o los realice. Tiene la capacidad del pronóstico, de la prognosis, del conocimiento ex ante. Se ha sistematizado esta característica de la proyección en la fase de planificación del proceso administrativo, un componente de la disciplina científica de la Administración.

La planificación consiste en la elaboración sistemática de finalidades, expresadas en objetivos y metas, concretadas en políticas, procedimientos, programas, actividades, tareas, cronogramas y presupuestos y en la previsión de la combinación de recursos materiales, humanos y financieros para alcanzar la finalidad preestablecida.

El proceso administrativo tiene tres fases principales: planificación, implementación y control.

En la fase de planificación se proyectan los objetivos y las acciones antes de realizarlas, en la de implementación, se organizan, dirigen y ejecutan las acciones conforme a lo proyectado y en la fase de control, se contrasta lo planificado con lo implementado a fin de realizar correcciones, ya sea en el plan o en el accionar.

No todo plan es un proyecto, pero todo proyecto puede concebirse como un plan para transformar una realidad.
Los proyectos examinan la necesidad y viabilidad social y especialmente la financiera, para desarrollar actividades transformadoras.

Existen técnicas para la elaboración de proyectos. El proyecto, incorpora elementos del plan, hace énfasis conlleva la sistematización de estudios parciales sobre la viabilidad o factibilidad.

Los planes se dividen en simples y complejos. Un plan simple contiene seis elementos: justificación, objetivos, actividades, tareas, calendario y presupuesto. Un plan complejo contiene quince elementos, más complicados en su elaboración que los del plan simple: diagnóstico, justificación, objetivos, metas, políticas, líneas, procedimientos, métodos, técnicas, programas, actividades, cronograma, presupuesto, fuentes de recursos y planificación del control, en forma de mecanismos de evaluación.

Los proyectos, pueden tener los elementos del plan simple, y normalmente se completan con estudios de viabilidad o factibilidad que también pueden ser simples y complejos. A los estudios de factibilidad simples, se les llama estudios de pre factibilidad, a los complejos estudios de factibilidad.

Un estudio de factibilidad contiene los siguientes estudios parciales pero concatenados: demanda, técnico, administrativo, financiero, jurídico, ambiental, económico y social.

Los proyectos se formulan, gestionan, o se promueven, en determinadas fuentes de recursos humanos, materiales y financieros, se administran y evalúan. Las técnicas para cada una de estas actividades tienen relación con la teoría y las aplicaciones de la administración de empresas.

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